La opinión de nuestros clientes es fundamental si queremos mejorar nuestros procesos, incrementar nuestras ventas y ser rentables.
Hay una condición que aúna a la mayoría de los seres humanos y es la de ser clientes. Todos en algún momento del día, lo somos: en el supermercado, en el cine, en un banco, en un organismo público y hasta cuando encendemos la luz estamos siendo clientes.
Todos queremos tener experiencias satisfactorias con lo que adquiramos, razón por la cual preguntamos entre nuestros contactos o buscamos en Internet, opiniones acerca de determinado producto o servicio. Muchas veces eso define nuestra decisión. Es por ello que no solo hay que conocer la opinión de nuestros clientes sino también preguntárselas y saberla aprovechar.
Cuando del mundo digital se trata, los portales para calificar y comparar productos y servicios son cada vez más exitosos, justamente porque influyen mucho sobre los potenciales clientes.
¿Qué pasa desde el lado de las empresas?
Increíblemente, y a contramano de la realidad descrita, hay una gran cantidad de compañías que no solo no les presta atención a esos sitios, sino que además ni siquiera tienen en cuenta las opiniones de sus propios clientes porque no tienen ningún sistema o medio para preguntarles.
María Cecilia Freccero, coach comercial y Directora de Grupo Eclipse, observa al respecto:
«Lo que más sorprende a quienes empiezan a medir la satisfacción de sus clientes es la cantidad de beneficios que obtienen, ya que el conocimiento les permite ajustar procesos que no estaban funcionando bien y que quizá ni eran conscientes de que esto sucedía».
María Cecilia Freccero
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